domingo, 7 de marzo de 2010

¡¡Mama Natura manda!!

Esta historia no puntua para el concurso por ser, Manuel Diez, su creador, el que ha escrito esta aventura. Animaros todos a escribir, Sorteamos 10 camisetas y otros premios!

Toda gran aventura comienza siendo pequeña, pues nunca sabes que puede llegar a pasarte en el transcurso de ella.
La que ahora voy a contaros transcurre durante el mes de febrero en una pequeña estación de la Cordillera Cantábrica. Y lo que en ella nos pasó le podría haber pasado a cualquiera, pues lo que hicimos fue lo que un grupo de amigos podría hacer cualquier día después de una buena nevada…
Para poneros en contexto este grupo de amigos, somos todos profesores de esqui/snow. La noche anterior había estado nevando y el día amaneció soleado y frío lo que hizo que desde la primera hora de la mañana empezara a crecer la adrenalina de todos nosotros por separado. . Durante las 7 horas de clase que teníamos cada uno fue recreándose y haciendo crecer su necesidad de deslizarse por una de esas laderas vírgenes. Cada vez que nos encontrábamos, los mas inquietos íbamos haciendo planes, planteando posibles bajadas, posibles compañeros, una hora, un lugar donde quedar…. Y así fue transcurriendo el día y la bola fue creciendo de tal forma que al final de la jornada  todos sabíamos qué teníamos que hacer. Habíamos quedado en subir en el último telesilla y desde allí partir hacia la virginidad de la montaña.
Un total de 16 expedicionarios fuimos los que nos juntamos. Snowboarders y esquiadores, todos unidos por la misma razón. El éxtasis que provoca ser el primero en dejar tu nombre escrito sobre una de esas laderas… Efímero a la vista de la gente pero imborrable en la mente de cada esquiador o snowboarder. Si alguna vez lo habéis experimentado sabréis de lo que hablo. (sshhhhh… se llama FREESKI…).
Comenzó la expedición y después de una larga pateada de aproximadamente una hora los que estábamos en mejor forma física fuimos llegando antes a la cima. Mientras esperábamos el nivel de adrenalina que estábamos acumulando en nuestro interior empezaba a ser preocupante. De modo que cuando llegó el último, los que habíamos llegado primero decidimos empezar la bajada hacia la libertad.
Yo Manuel y freeskier amateur en primer lugar, Me asomo al borde del inicio de la pala, la nieve parece que esta dura… vaya, no vamos a disfrutar todo lo que pensábamos, decido lanzarme! Empieza el subidon final!  1 giro hielo, 2 hielo, 3  hielo… al 5º o 6º giro había entrado en lo que iba buscando, la tan esperada nieve polvo… enterrado hasta la rodilla voy encadenando virajes en los que voy subiendo y bajando como si de un columpio se tratase. Uno de mis compañeros se ha lanzado tras de mi, es Enol, snowboarder (freerider), despues de pasar esa zona helada entra en esa increíble nieve que nos trastorna, pero después de encadenar un par de virajes, mama natura entra en acción y la pala que tan preciosa parecía, se empieza a resquebrajar bajo nuestro pies… vemos como se abren grietas longitudinales a lo largo de toda la placa y como en cuestión de segundos dicha placa se está moviendo hacia abajo. El tiempo de reacción es mínimo, las decisiones deben ser milimétricas y correctas. Nos ha sorprendido un aluz de placa. Buscamos una escapatoria intentando salir por la diagonal pero no conseguimos avanzar, pensamos en hacer un recto, pero no te puedes permitir pensar, pues esas centésimas de segundo son suficientes para que todo el peso de la nieve de la placa que se ha roto te tumbe cual si del mejor placaje a los tobillos se tratase y de repente todo se convierta en una montaña rusa,….



Una montaña que se mueve, que te mueve y arrastra a gran velocidad. Intentas flotar te acuerdas de cada invento que has visto en revistas que sirve para reducir el riesgo de enterramiento en estos casos pero son eso, solo recuerdos, sigues intentando flotar pero de repente ves que a pocos metros de ti, y hacia donde te diriges se ha formado un ola como si de la mejor ola surfeable se tratase, la nieve se arremolina y piensas, este es el fin… la montaña me va a tragar, te vas a aproximando, notas como tu corazón está a punto de salirse de tu pecho, cada vez esta mas cerca, te acuerdas de tus amigos, familia, profesores, y todos los que te están viendo desde arriba… llegas a la ola y cual es tu sorpresa que dicha ola era solo una elevación en el terreno que pasas igual que el resto de nieve que va por delante y detrás de ti. Pocos segundo después la atracción se detiene. Nos ha enterrado hasta el pecho… Estamos vivos!, sanos y salvos, sin un rasguño! Gracias mama natura por avisarnos de esta manera! de ahora en adelante siempre te tendremos mas en cuenta. Está claro que tu eres la que mandas…

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